Un cuarto de siglo

Habrá un sinnúmero de problemas que afrontar y resolver dentro de la complejidad de situaciones que hacen al desenvolvimiento de una organización, pero ellos se diluyen cuando se aprecian y sienten las satisfacciones que sólo pueden brindar la dedicación y el ahínco del hombre que los aporta en la medida de su capacidad.

Nuestra entidad Mutual celebra en esta ocasión sus 25 años de vida, “un cuarto de siglo” haciendo mención a dos fechas inolvidables, aquel 1° de marzo de 1991 en que 69 personas fundadoras dieran forma legal a la entidad en Asamblea constitutiva y la del 2 de septiembre del mismo año, con la ansiada apertura del primer local de atención, cuyo crecimiento nos permite mostrar hoy una expansión del padrón cercana a los 6.000 asociados.
Las palabras parecieran insuficientes para expresar en su integridad, toda la gama de matices que alberga la recordación de estas memorables fechas, las que nos llenan de un júbilo inenarrable y una emoción sin par.
Ha sido “un cuarto de siglo” verdaderamente promisorio, desarrollado bajo los principios inalterables del mutualismo y aferrados al fiel cumplimiento de cuanto señala la respectiva Ley n° 20.321 del sector, como así también de todas las disposiciones que regulan el funcionamiento de este tipo de entidades de la economía social.
El progreso ha sido y es nuestro norte, y con verdadera nobleza y seguridad, seguiremos imperturbables en la senda trazada, en pos del bienestar de la gran familia que nos rodea. Los 25 años recorridos no han dejado el menor rastro de desaliento ni el menor signo de vejez, porque estos son propios de la inercia, mientras que por el contrario nuestra Mutual, con espíritu renovador se ha ido transformando y adecuando dentro de las exigencias de la época, vigorizándose en sus estructuras básicas y dotándose de un andamiaje preparado a resistir el curso del tiempo con su secuela de problemas.
El éxito es lógica consecuencia del dina-mismo, acción y tenacidad, puesta en las obras a emprender, y todos aquellos que desde la iniciación de la Mutual han venido y vienen aportándolo, sin dudas son acreedores a la dicha que este momento depara.
Si bien hay quienes ya no pueden acompañarnos físicamente, ello no es óbice para que los contemos espiritualmente a nuestro lado, como el mejor tributo póstumo a su denodada labor y como exponentes reales de personas de bien.

Creemos haber aportado ingentes denuedos en un alto nivel del mutualismo, lo que representaría la concreción de las obliga-ciones que hemos contraído desde el primer momento y las que no rehusamos, en la convicción de que sólo así será viable la materialización futura de los proyectos que hoy aguardan turno de ejecución.
Nuestra más grande satisfacción es que al rendir cuenta de nuestros actos, se pueda mostrar que con un modelo de gestión transparente, responsable y eficiente, nos encontramos con una entidad en franco crecimiento y plenamente consolidada, ofreciendo una alforja colmada de realidades, posibles gracias a la colaboración y apoyo del gran sector de asociados que estimulan nuestra tarea.

Que el júbilo que nos embarga, sea un poderoso aliciente para proseguir la obra ya cimentada, no claudicando jamás, ni ante los embates más rudos, con la serenidad del navegante que hábilmente sortea los inconvenientes en pos de la meta ansiada. La nuestra está enmarcada en la tradición de largos años de diario actuar, propendiendo al éxito del mutualismo en toda la acepción de la palabra.
Las tangibles realidades del presente, eran tan sólo la esperanza de ayer. Hagamos entonces que por el mismo camino de concreciones, las esperanzas de hoy sean realidades del mañana, como el mejor propósito que podemos ofrecer en esta fecha de proyecciones inolvidables.

CONSEJO DIRECTIVO